Capítulo: 16 "Malos Presagios"
Fandom: Los tres mosqueteros/20 años después
Claim: OC/D’artagnan
Resumen: Los peores miedos pueden convertirse en realidad.
Notas: Les presento a la madre de Cosette.
§Malos Presagios§
Terminó su oración de las mañanas, la que siempre hacía al levantarse de la cama. Daba gracia a Dios por un nuevo día, por dejarla vivir y disfrutar lo que le quedara de vida. Ella misma jaló las cortinas de su ventana y abrió la ventana. El aire fresco la revitalizaba, la hacía volver a la juventud, pero esa mañana la juventud le duró sólo unos segundos antes de mirar a su hija caminando a lado del Teniente francés. Era ese presentimiento que le provocaba malos presagios.
Quizás era una tontería, pero ya no podía esperar el momento en el que el Teniente se fuera. Sabía que esa mirada, que esa sonrisa y esa alegría de su hija no eran normales, que las provocaba aquel hombre.
Tenía miedo que todo se echara a perder.
Ignoró eso ultimo y regresó a la rutina de todos los días en donde se preparó para vestirse. Tocó la campana y Noleen llegó a auxiliarla.
- ¿Me llamaba señora?
- Sí, le di el día libre a Charlotte, así que hoy necesito que estés a mi lado.
- Pero señora… - Noleen se quedó callada – claro señora.
- ¿Qué pasa Noleen? ¿No quieres servirme a mí? Creo que pasaste demasiados años con Cosette en Francia.
- No es eso señora. Lo siento, por favor, permítame ayudarla – tomó el vestido que estaba en la cama, pero en ese momento la baronesa tomó la muñeca de la dama de compañía.
- ¿Qué es lo que pasa Noleen?
La dama de compañía torció la boca y suspiró.
- Señora, yo no quisiera decirle esto pero… me temo que su hija ha estado más tiempo con el Teniente del debido.
- ¿A qué te refieres? – De pronto todos los malos presagios que estaba pensando volvieron a su mente – Habla Noleen, no te quedes callada y dime lo que pasa.
- Baronesa, yo no debería decir nada, soy la dama de compañía de su hija, su confidente y amiga…
- Y yo soy la que te puede echar a la calle sin chistar. – Noleen puso una cara de preocupación. – Ahora más te vale que hables. ¿A qué te refieres con que ha estado más tiempo con el teniente de lo debido?
- Pues… - Noleen miró hacia la puerta – la condesa habla mucho con él, ríe mucho con él y desde el viaje no se separan. Yo no quisiera pensarlo pero… Yo no quisiera que eso fuera un problema con el Conde.
La baronesa miró a la dama y de inmediato miró a la ventana en donde pudo ver a Cosette sola frente al pequeño estanque. La baronesa se rió.
- Te imaginas cosas que no son Noleen.
- Probablemente Baronesa, pero… yo sólo quiero ver por el bien de la Condesa. – la dama de compañía tomó el vestido de la Baronesa y le ayudó a ponérselo.
La madre de Cosette no podía imaginar que su hija fuera tan tonta como para estar perdiendo el tiempo con el Teniente de los mosqueteros. No era tan estúpida para arruinar todo lo que ella tenía planeado para su hija desde que su marido murió. Noleen se equivocaba, repetía su cabeza una y otra vez. Pero Noleen no sólo no se equivocaba, sino que ya había comenzado a armar el rompecabezas en donde ella sería la ganadora de sus propios intereses.
Tenía las piezas en la mesa y todos tenían miedo de ser descubiertos.
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