septiembre 15, 2023

El grito de independencia.

 No sería la primera vez que me pongo a escribir tratando de que esto sea, de nuevo, un hábito. 

¿Lo lograré? La experiencia dice que no, que quizás me interese sólo una semana... o menos, y lo abandone porque la vida de adulta me vuelva a ganar. Pero ya estoy harta de la vida de adulta que me bloquea mis ganas de ponerme a escribir.

Ya no haré promesas, incluso tampoco buscaré lectores, hay tantas cosas que quiero hacer, pero mi propio TDAH adulto me impide. (La verdad es que no sé si lo padezca, pero me auto convenzo de que es así para justificar mi propia procastinación, que al mismo tiempo, no es procastinación, bueno, no lo sé) Así que aquí haré, al menos, unas líneas.

Así que bueno, a darle con el primer tema del día:

"Día de la independencia"

Solía disfrutar mucho el ir al Zócalo de la CDMX al grito de la independencia de México, mi familia y yo íbamos a contagiarnos del humor festivo de la marabunta, ya que en realidad nunca fuimos festivos, así que el grito de la independencia en el Zócalo dado por el presidente en turno, era una de los festejos que nos gustaba aprovechar para sentir un poco de nacionalismo y ver juegos pirotécnicos.

Recuerdo mucho una vez, tendría yo como 8 o 9 años... o quizás 10, no sé, sólo sé que era pequeña y que mi papá aun me podía cargar en hombros. Creo que Zedillo era el presidente en turno y tuvimos la suerte de estar presentes en primera o segunda fila en la boda de mexicanos gritones. Recuerdo mucho que había miles de personas y que mis papás no nos soltaban de la mano a mis hermanos y a mi. En ese momento me parecía una exageración de mis padres tenernos tan agarrados y obligarnos a aprendernos el lugar donde nos veríamos si nos perdíamos. Mi hermana mayor siempre fue muy independiente, mi hermano menor era muy chiquito, y yo... bueno, yo sólo sabía que tenía que preguntar, nunca me supe orientar muy bien.

A los días, como por eso de las 6 de la mañana, me levanté tratando de no cerrar los ojos y vestirme con el uniforme de la escuela correctamente, cuando escuché el Himno Nacional Mexicano, como acababa de pasar un concurso de canto del himno, me gustaba escucharlo para estudiarlo, además era siempre una alarma de que era temprano y tenía tiempo para vestirme a mi ritmo... lástima que hoy ese mismo himno a la misma hora signifique que ya se me está haciendo tarde... pero bueno, ese no es el punto. Ese día, como por ahí del 17 o 18 de septiembre estaba escuchando el himno nacional y pasaron un mini resumen de lo que había sido el grito y entonces pasó algo increíble para mi (aun lo es): ¡¡Salí en la televisión!!

Le dije a mi papá, pero creo que no me hizo caso por que el momento fue super rápido, ahí estaba yo en los hombros de mi papá, sin banderas y sin disfraz como muchos en el momento, pero sí gritando fuerte y con emoción... creo que ese fue un entrenamiento para los conciertos posteriores.

Como sea,  ese día estaba tan emocionada, que esos días me levanté temprano para ver si lo repetían para enseñárselo a mis papás o a mis hermanos, supongo que me creyeron, no lo sé, jamás les volví a preguntar, pero ese mismo hecho me alentó más a querer regresar a los gritos de independencia. Fuimos a varios de Zedillo, de Vicente Fox y uno de Calderon... después de eso mucha de esa magia desapareció, no por ánimo patriótico, sino por problemas políticos, flojera y después fue, claro, la vida adulta. 

Hace mucho tiempo que no voy al Zócalo per se, pero si he ido a plazas, a ferias y he gritado en muchos lugares, claro que a veces me gana la flojera a mi y a mi familia y no salimos, como dije desde el inicio, nunca hemos sido muy festivos.

Sin embargo ir al Zócalo de la CDMX el día del grito de independencia es una de las cosas y experiencias más patrióticas que supongo que todos deberíamos pasar. El ambiente festivo, alegre y orgullosamente nacionalista es de las cosas que llenan el corazón y el ánimo de amor por una nación. 

Que se acaba el 16 después del desfile militar.

En fin, este año no sé si saldré a algún lugar, no sé si nos da la locura como cuando era hija de familia y nos vayamos a ver a Andrés Manuel dar un grito donde "Viva la 4ta transformación" sea parte del discurso presidencial. 

O a lo mejor sólo me quedo en casa.

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