octubre 29, 2010

§Drabble//En el Barco§

Título: More tha Us
Capítulo: 3 "En el barco"
Fandom: Los tres mosqueteros/20 años después
Claim: OC/D’artagnan

Resumen: Hay culpas que no son necesariamente cometidas por otros, sino por uno mismo.
Notas: Ahora es el punto de vista de los dos.


§En el barco§


Subieron a la embarcación en la noche de ese día tan rápido que tanto la condesa como su dama se quedaron sorprendidas. Parecía que la urgencia era un tema serio para el Teniente.
Sin embargo, para Cosette era como una sentencia. Hubiera preferido que se les hubiera roto una rueda y se quedaran en medio de los bosques franceses esperando a que se inundara el canal de la mancha y les impidiera la partida a Inglaterra.

Pero parecía ser que eso era imposible ahora que estaban a bordo de esa pequeña embarcación roja de un capitán gordo y desdentado.

- Vamos Cosette, no te desanimes, ya pronto llegaremos.
- ¿Y se supone que eso me tiene que animar? -  preguntó con ironía a su compañera Noleen – y no es eso, ¿qué no viste cómo me trató ese guardia? Me estuvo insultando todo el tiempo, y tú, claro, lo permitiste – se volteó cruzando los brazos completamente indignada.
- Cosette, trata de entender algo – se colocó frente de ella mirándola a los ojos – el teniente cumplía sólo su labor, te agrade o no.

Cosette frunció el entrecejo y cambio la vista a lado.

- Todo esto es absurdo – tomó su abrigo.
- ¿A dónde va?
- A saltar del barco – Noleen puso cara de pánico – te tomas tan a pecho todo… - dio un suspiro de fastidio dando un paso para salir del cuarto.
- Cosette, el teniente vino sin equipaje – buscó entre sus cosas – por favor, dale esto – le dio una capa negra y muy grande – debe de tener frio.

Cosette miró la capa y después a Noleen. Levantó los hombros y de inmediato tomó otra pose rígida.

– Como usted ordene, Condesa – dio la media vuelta y cerró la puerta de su camarote tras de sí.

*****
Y es que Noleen tenía toda la razón. El teniente D’artagnan no tenía la culpa de lo que le estaba pasando ni que estuvieran en ese barco tan pronto.

- Aunque pudo buscar algo mejor – dijo mirando el piso lleno de agua de mar que entraba en cada choque de ola contra el pequeño barco rojo. Y aunque no fuera una mala embarcación, y estuvieran en el mejor barco del mundo, sería el peor lugar para ella.

¿Por qué era obligada a hacer cosas que ella no deseaba? ¿Acaso era tan difícil dejarla en Francia? No había cometido ningún delito. Sólo había seguido los pasos de un hombre sabio que le había dicho que jamás callara las injusticias. Su padre le había enseñado el sentido de justicia e injusticia, sólo lo que era correcto.

Y ahora, por hablar con un rey haciendo ver los errores de un cardenal, es que se encontraba en un barco con el camino directo a un destino que ella había evitado, un compromiso que jamás pidió, salvar dinero y reputación que no eran de ella.

Se tenía que enfrentar con su realidad.

*****

Caminó por el barco a grandes zancadas, quería distraerse, no pensar en lo que tendría que hacer llegando a Inglaterra. Inclusive aceptó que el agua salada cayera en él como gotas de lluvia que no se podría beber. Lo tranquilizó.

Estaba dando varias vueltas por el barco. No había mucho que hacer en él. Quería llegar y librarse de sus males, principalmente la chica rubia y de mal carácter. Se detuvo en la proa y se recargó viendo el negro horizonte. Iba a Inglaterra, después de tanta rutina por fin salía de lo esperado.

Inglaterra. Su primera gran misión había sido ir ahí. Fuera de eso, Inglaterra no le daba el gusto necesario para querer volver. Pero deber, era deber.

*****

Cosette no había concluido su primera ronda cuando encontró al teniente parado mirando perdido el horizonte, pensando seguramente en sus deberes. Y ella sólo se había dedicado a hacerle peor el viaje.

Hasta ese momento se sintió culpable. Después de todo Noleen había tenido razón: sólo cumplía su misión. Se tocó el hombro, se había puesto la capa encima de su abrigo. Dio un fuerte suspiro y se acercó a él lentamente.

- ¿Tiene frio? – el teniente volteó en un brinco.
- Cosette… ¿qué hace aquí? – preguntó exaltado.
- No tenía sueño – respondió tranquila, a punto de reírse  por su reacción, pero no lo hizo, ya lo había hecho sufrir mucho como para continuar siendo  su tortura. Se colocó a su lado - ¿y usted?
- Yo tengo que velar por su señora ¿recuerda? – contestó fastidiado.
- Es cierto – asintió – no creí que se lo fuera a tomar tan enserio.
- Mis misiones siempre son serias – aseveró ignorando la brisa que sentía en el rostro.
- Ya veo…

D’artagnan intentó no darle importancia a su mirada volteando al horizonte. Cosette lo imitó.

- Le había hecho una pregunta Teniente ¿tiene frio? – D’artagnan volteó desconcertado, era la primera vez que parecía tratarlo con respeto, cosa que lo hizo desconfiar más. Ella también lo miró pareciendo todavía severa, cosa que despertó a D’artagnan de sus pensamientos.
- No, claro que no – mintió. No iba a admitir que sí tenía frio, que el agua que parecía lluvia ya lo había hecho temblar hasta los huesos, no frente a ella, la persona con quien estuvo peleando todo el camino.
- ¡Vaya! Entonces es una pena, le tendré que decir a la Condesa que no se preocupe por usted
Cosette se quitó la capa y la puso en la orilla del barco. Ella portaba otro abrigo más corto que la capa que había dejado. Suspiró levantando los hombros
- Si tiene frio se la puede poner. Si no, la puede tirar al mar. Permiso teniente, iré a dar una vuelta por el barco.

Cosette dio la media vuelta elegantemente y caminó por la duela a paso ligero.

D’artagnan la vio alejarse y pensó en lo extraña que era. Cómo lo había tratado y el cambio de actitud. Todo el camino completamente fastidiosa y ahora… parecía tan amable. Vio la capa abandonada por Cosette. Dudó, pero terminó poniéndosela.

- No creo que el barco tenga más frio que yo – dijo para sí mismo dejándose envolver, por primera vez, en ese dulce aroma que había impregnado Cosette en la capa.

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