§Drabble//Nostalgia§

Título: More Than us

Capítulo: 4 "Nostalgia"

Fandom: Los tres mosqueteros/20 años después
Claim: OC/D’artagnan
Resumen: Por más que uno trate de negarlo, la nostalgia siempre vuelve.

“Nostalgia”

Fuera como fuera, esa chica era extraña.

La primera vez que vio a Constanza todo había sido muy diferente. Su carácter dulce y amabilidad, así como su timidez lo habían cautivado de una forma tan arrolladora que de inmediato había descubierto que estaba enamorado.

Pero de ella no estaba enamorado, es más, le causaba curiosidad. No era toda amabilidad, pero su corta conversación y la sonrisa que le dedicó bajando del barco le hicieron darse cuenta de que tampoco era un demonio en cuerpo de una bella mujer como Milady Clarick.

- Would you like more, tenient?

D'artagnan despertó de sus pensamientos. El hecho de que le hablaran en otro idioma lo desconcertaba siempre. Y es que no es que no le gustaran los ingleses o Inglaterra. Pero odiaba el inglés.

- Yes, yes - dijo cuando vio al tendedero con una botella de licor en la mano. Y es que no sabía decir más que tres cosas: Yes, what y Red Wine. Lo indispensable para sobrevivir en Inglaterra, esa isla donde había bajado apenas unas horas antes.

El tendedero le sirvió y se hizo a un lado para atender a los demás clientes del lugar. D'artagnan no les quería dirigir la mirada, pero podía sentir cómo caían muchas de ellas sobre él. No le gustaba beber solo, pero en tierras donde no conoces a nadie, es inevitable, sólo se comparte el aire, porque ni una buena charla, chocar los vasos, risas, nada. No tenía nada en común con ellos, ni siquiera las palabras para decir "salud".

Era en esos momentos cuando más extrañaba a sus amigos, al buen Porthos, conocedor de los buenos vinos y de las bellas mujeres, al bello Aramis, tan culto y buen conversador, y al intachable de Athos, tan generoso y sabio como ningún otro.

No lo quería admitir, pero le gustaba torturarse recordando los mejores momentos que vivieron juntos, cuando era sólo un idealista, un guardia más que compartía el espacio con célebres personalidades, un niño que le gustaba jugar a las batallas. Pero eso era todo. Ahora el vino era su única compañía y aunque estaba afuera, cumpliendo una misión... se seguía sintiendo miserable.

Se hundió en esa depresión que poco a poco se le hacía más frecuente. Apretó los dientes y la botella a su mano.

Se sentía solo, perdido en un lugar desconocido y sin ganas de seguir vivo. Le dio un trago más largo directo a la botella hasta terminarla. Aun sentía las miradas, el dolor y cómo se le subía el licor a la cabeza.

Dio un fuerte suspiro, miró la hora en un reloj y se levantó del asiento. No iba a dejar de hacer las cosas por sentirse triste.

- Do you want more, tenient? - preguntó de nuevo el tendedero.

- No - dijo, buscó una moneda en su bolsillo y la dejó en la mesa. Tenía una misión que cumplir y en la mañana vería a Cosette.

Sonrió.

- Vaya que ya estoy ebrio - y subió a su habitación.